martes, 1 de marzo de 2016

DULCE POESÍA PARA TIEMPOS AMARGOS

Antonio Machado es el protagonista de unos relatos emocionantes en los que se enfrenta a una terrible guerra civil en 1936, pero sigue escribiendo lo que le apasiona, la poesía. Cambia de ciudad muy constantemente, Valencia, Barcelona, territorios franceses… y todo ello para esquivar las persecuciones del ejército nacionalista.


En 1931, al proclamarse la República, Machado consigue una cátedra en el Instituto Calderón de Madrid. Pasará más tarde al Instituto Cervantes. Su vida en Madrid durante los años republicanos se caracterizó por el estudio y los paseos con sus hermanos. En colaboración con su hermano Manuel escribió muchas obras de teatro en verso, como por ejemplo: La Lola se va a los puertos, Amor al vuelo, Juan de Mañara, etc.

La tercera edición de las Poesías completas apareció en 1933 y en 1934, con el Diario de Madrid  y los primeros pensamientos del profesor que se vislumbró la figura de Machado. Luego esas prosas se recogieron en el libro de Juan de Mairena, el cual consta de disquisiciones de metafísica, lógica y filosofía. A partir de 1936, “Juan de Mairena” dirigió su atención a las cuestiones políticas ligadas a los acontecimientos trágicos de la Guerra Civil.

Cuando comenzó la Guerra Civil, Antonio Machado se puso al servicio de la República. En noviembre de 1936 fue evacuado con su familia a Valencia. Luego, en 1938, ante el avanece del ejército nacionalista Machado y su familia volvieron a ser evacuados pero esta vez a Barcelona. El título de su último libro, Poesías de la guerra, refleja los años trágicos en que fue escrito. A finales de la guerra, en enero de 1939 Machado cruzó la frontera francesa acompañado de su ya anciana madre. El 22 de febrero de 1939, murió en el exilio de Collioure.

Según Machado, el elemento poético es una palpitación del espíruto; dijo también la poesía que escribió para la antología castellana que, “la poesía es la palabra esencial en el tiempo”. La esencialidad y la temporalidad son los dos pilares que sujetan la poesía de Machado. Sus poemas están impregnados de una auténtica humanidad, porque lo universal en él parte siempre de las particularidades de un individuo.

Antonio Machado prefería formas métricas sencillas como el romance y el cantar, siempre con rima asonante. Sus poemas nos enseñan el sentir estético de la Generación del 98, es decir, la expresión fácil de las profundas emociones humanas. En sus obras hay temas característicos de dicha generación: pesimismo de la situación del país, la esperanza de una España mejor, etc. Su poesía nos conduce a los recuerdos de su niñez en Andalucía; incluye muchas opiniones personas y usa variación de símbolos como las fuentes, el camino, el viajero solitario y los ríos.




Prensas republicanas de aquella época anunciando el apoyo de Antonio Machado.



La familia de Antonio Machado casi al completo.